“EL HOMBRE ES EL ÚNICO ORGANISMO QUE OCASIONA EFECTOS NEGATIVOS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE, MODIFICÁNDOLO Y CONTAMINÁNDOLO HASTA EL PUNTO QUE SE AFECTA A SÍ MISMO”
Según la OMS, el agua contaminada y el saneamiento deficiente están relacionados con la trasmisión de las enfermedades como: el cólera, diarreas, disentería, hepatitis, fiebre tifoidea, poliomielitis.
Los servicios de agua y saneamientos inexistentes, insuficientes o gestionados de forma inapropiada exponen a riesgos prevenibles para la salud, la gestión inadecuada de las aguas residuales urbanas, industriales y agrícolas conlleva que el agua que beben cientos de millones de personas se vea contaminadas o polucionadas químicamente.
Se calcula que unas 842.000 personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos.
Las personas pueden considerar que lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de propagación de la diarrea y otras enfermedades.
Alrededor de 240 millones de personas se ven afectados por ESQUISTOSOMIASIS, una enfermedad grave y crónica causada por duelas sanguíneas (trematodos), del genero Schistosoma. Las personas se infectan cuando las formas larvarias del parásito, liberados por los caracoles de agua dulce, penetran en la piel durante el contacto con aguas infestadas.
La transmisión se produce cuando las personas infectadas contaminan fuentes de agua dulce con larvas del parásito; contenidas en sus excretas y orina, que luego se incuban en el agua. En el interior del organismo, las larvas se convierten es Esquistomatosos adultos, que viven en los vasos sanguíneos, donde las hembras ponen sus huevos, algunos de estos huevos salen por la heces y orina y continúan el ciclo vital del parásito.
Otros quedan atrapados en los tejidos corporales donde causan una reacción inmunitaria y un daño progresivo de los órganos.
Se contrae al realizar actividades agrícolas, domésticas o recreativas en las que hay contacto con aguas infectadas.
La falta de higiene y algunas actividades lúdicas de los niños en edad escolar incluidas la natación y la pesca.
El control de la esquitosomiasis se centra en la reducción del número de casos mediante el tratamiento periódico y gran escala de la población con PRAZICUANTEL, un enfoque más amplio reactivará el agua potable, el saneamiento apropiado y la lucha contra los caracoles también limitaría la transmisión.
Se estimó que al menos 218 millones de personas necesitaron tratamiento apropiado contra la esquitosomiasis en el 2.015.
El número de personas tratadas en el 2015 ascendió a más de 66.5 millones de personas.
Alrededor de 240 millones de personas se ven infectadas por esquitosomiasis por exposición a aguas infectadas.
Los insectos que viven o se crían en el agua son portadores y transmisores de enfermedades como el dengue. Algunos de estos insectos, denominados vectores, crecen en el agua en el agua limpia y los contenedores de agua de bebida pueden servir como lugares de cría.
El cambio climático, la escasez de agua, el crecimiento de la población, los cambios demográficos y la urbanización ya suponen desafíos para los sistemas de abastecimiento de agua. La reutilización de las aguas residuales para recuperar agua, nutrientes o energía se está convirtiendo en una estrategia importante.
Los países están utilizando cada vez más las aguas residuales para regar: en los países de desarrollo esto representa el 70% de las tierras de regadío. Si bien esta práctica plantea riesgos para la salud, la gestión segura de las aguas residuales puede aportar y multiplicar el aumento de la producción de alimentos.
Las fuentes de abastecimiento de agua potable y de riego seguirán evolucionando con una presencia cada vez mayor de las aguas subterráneas y de las fuentes alternativas, como las aguas residuales.
El cambio climático conllevará mayores fluctuaciones en la cantidad de lluvia recogida. En el 2.015 la OMS, introdujo el concepto de PLAN DE SEGURIDAD DE SANEAMIENTO para respaldar la aplicación de las directrices sobre las aguas residuales. La OMS colabora estrechamente con la UNICEF en crear relaciones con el agua y la salud.
La mayoría de las actividades humanas generan aguas residuales, y más del 80% de las aguas residuales del todo el mundo se liberan en el medio ambiente sin tratamiento.
Esta situación no puede continuar, este es el mensaje del INFORME MUNDIAL DE LAS NACIONES UNIDOS sobre el desarrollo de los recursos hídricos.
No existen muchos datos fiables al respecto, pero las estimaciones apuntan a que hasta el 90% de las aguas residuales en los países en desarrollo se vierten parcialmente tratadas o sin tratar directamente a ríos, lagos u océanos.
Las aguas residuales se consideran cada vez más como un recurso que proporciona agua y nutrientes seguros para la producción de alimentos con el fin de alimentar a las crecientes poblaciones urbanas.
Sin embargo, es preciso que existan:
prácticas de gestión que garanticen que las aguas residuales sean suficientemente tratadas y reutilizadas en condiciones de salubridad;
supervisión y reglamentación institucionales;
campañas de información pública para informar a la población sobre el uso de las aguas residuales.
Por ello es preciso cambiar el paradigma de la gestión de las aguas residuales, pasando de tratar y desechar a “REDUCIR, REUTILIZAR, RECICLAR Y RECUPERAR”.
LAS AGUAS RESIDUALES TRATADAS PUEDEN SER UNA FUENTE ALTERNATIVA DE ABASTECIMIENTO DE AGUA ECONÓMICAMENTE EFICIENTE, SOSTENIBLE, SEGURO, FIABLE PARA DIVERSOS FINES, DESDE EL RIEGO, HASTA LOS USOS INDUSTRIALES, PASANDO POR EL CONSUMO DE AGUA POTABLE, ESPECIALMENTE EN SITUACIONES DE ESCASEZ DE AGUA.
POR ELLO DEBEMOS CAMBIAR LA MENTALIDAD, CONCIENTIZARNOS Y REDOBLAR ESFUERZOS EDUCATIVOS PARA COMPARTIR LOS BENEFICIOS DE LA REUTILIZACION DE LAS AGUAS RESIDUALES.
FUENTE: ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Elaborado por:
INQ. ANGELA MARIA URIBE JARAMILLO.
Ingeniera de Producción
SPANGEL PRODUCTOS BIODEGRADABLES.